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¿Qué ver en Brasil y qué hacer en tu recorrido?

Que ver en Brasil

Elegir qué ver en Brasil puede ser todo un reto. Estamos ante uno de los países más grandes del mundo, con un increíble patrimonio natural y cultural. Con 9198 km de costa (con salientes y entrantes costeros), la mayor selva tropical y pulmón del planeta y algunas de las ciudades más increíbles, incluyendo el mayor casco histórico de Latinoamérica.

Por no hablar de sus islas, que nos ofrecen una versión actualizada del paraíso.

Brasil se convierte, por tanto, en un destino ganador. No importa que queramos ver o qué nos guste hacer, en Brasil podremos hacerlo. Exceptuando, eso sí, si buscamos un destino de deportes de invierno. Porque en Brasil además hace un clima bastante agradable durante todo el año. Eso sí, vamos en temporada de lluvias nos vamos a mojar.

Desde la ciudad de Brasilia, el mejor ejemplo de arquitectura planificada del siglo XX y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, a los cascos históricos coloniales de Paraty o Salvador, la historia de la arquitectura también tiene su hueco en el país sudamericano.

La cultura, con el carnaval de Brasil a la cabeza o la gastronomía, con sus ingredientes tropicales y la calidad de sus carnes y pescados convierten al país en un destino muy completo. De hecho, comer en Brasil es también una forma de adentrarse más en ese mestizaje que tanto caracteriza este lugar.

Un lugar que ahora es la casa de indígenas, europeos y africanos, trayendo sus propios ingredientes y costumbres hasta crear una amalgama única en el mundo. Pero vamos a ver qué ver en Brasil parte por parte.

¿Qué ver en el norte de Brasil?

Como Brasil es un país tan grande, lo primero que tenemos que saber es que habrá que elegir. Especialmente si no tenemos mucho tiempo para el viaje. Aunque existen circuitos en Brasil completos de norte y sur, vamos a separarlos para que sea más práctico.

En una ruta por el norte de Brasil hay varios puntos principales de interés. Primero la Amazonia, el pulmón del planeta. También São Luis de Maranhao, el Parque Nacional Lençóis Maranhenses, Salvador de Bahía, Recife o Fernando de Noronha.

Pero vamos a ver estos lugares uno por uno.

Manaos y la Amazonia

Loro en el Amazonas

Manaos es la capital del Amazonas y una de las ciudades más curiosas e interesantes del mundo. Entre sus curiosidades destaca por ser la ciudad más grande del mundo que solo es accesible en avión o barco, al no tener carreteras desde el resto de Brasil.

En la unión entre el río Negro y el Solimões nace el río Amazonas tal cual. Junto a la ciudad se encuentra este lugar tan curioso en el que se ve como los colores diferentes del agua de cada afluente se vuelven uno.

La ciudad destaca por su arquitectura de la época de esplendor. El caucho convirtió a la ciudad en una de las más ricas de Brasil. Hoy, está más centrada en la selva circundante y el turismo.

Recordemos que el Amazonas es una de las 7 maravillas naturales del mundo. La otra ubicada en América, las Cataratas del Iguazú las podremos ver en la zona sur.

Ir desde Manaos a recorrer el Amazonas, ver su fauna y vegetación es increíble. Navegar por el río más caudaloso del mundo y respirar el aire más puro del planeta. Un privilegio al alcance de muy pocos.

São Luis de Maranhao y el Parque Nacional Lençóis Maranhenses

Lençois Maranhenses

También en el norte de Brasil se sitúa São Luis de Maranhao. Esta localidad está situada en una isla, pero unida al continente por varios puentes. Es, de hecho, la única ciudad construida por los franceses en Brasil.

Además, es una ciudad muy monumental. Tanto que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997. La razón, sus 280 hectáreas de centro histórico colonial con 3500 edificios protegidos. Los mismos, recubiertos de azulejos portugueses, merecen realmente una vista.

Más allá de la propia ciudad, las visitas a São Luis suelen tener otro objetivo. Hablamos, por supuesto, de Lençóis Maranhenses. Este Parque Nacional cuenta con grandes extensiones de dunas y en época de lluvias se forman lagunas entre ellas. Se trata de una especie de desierto lleno de lagunas donde bañarte.

Además, en el parque están prohibidos los vehículos motorizados, por lo que la sensación de estar en oasis en mitad del desierto se multiplica.

Salvador de Bahía

Salvador

¿Qué decir de Salvador de Bahía? Para empezar que es uno de los imprescindibles con Río de Janeiro. También Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destaca el Pelourinho, su casco histórico. Se trata del casco histórico más amplio de América, por lo que perderse por su interior es una experiencia única.

Muy conocido por su carnaval, su baile y sus costumbres africanas, Salvador es una ciudad hermosa y también muy activa culturalmente. Si queremos playa, en las cercanías se encuentra la maravilla de Praia do Forte.

Si preferimos naturaleza podemos ir a la Chapada Diamantina, a recorrer senderos, montañas y cascadas.

Recife, Olinda y Fernando de Noronha

Playita de Fernando de Noronha

Recife quizá carece de la monumentalidad de las ciudades anteriores, pero lo compensa con otras cosas. Para empezar, porque muy muy cerca se encuentra Olinda, una pequeña ciudad histórica Patrimonio de la Humanidad. Olinda fue la ciudad más rica de Brasil en los siglos XVI y XVII y conserva parte de su riqueza y un carnaval espectacular.

El carnaval de Recife también es genial, así como su fantástica playa urbana y, no menos importante, el encanto de sus habitantes. A pocos kilómetros de la ciudad se ubica también Porto de Galinhas, una de las playas de Brasil imprescindibles.

Desde Recife también podremos volar al archipiélago Fernando de Noronha, calificado por Américo Vespucio como el paraíso en la tierra. Este destino ecosostenible solo admite a unos pocos viajeros cada vez por lo que es importante reservar con antelación. Este lugar es también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

¿Qué hacer en el sur de Brasil?

Entre lo que ver en Brasil tenemos que hablar también del sur y centro del país. Desde Sao Paulo, la mayor megalópolis de Sudamérica, a Río de Janeiro, las Cataratas del Iguazú o la bella ciudad colonial de Paraty.

Vamos a ver por qué no te puedes perder esta parte.

Sao Paulo

Sao Paulo Brasil

Sao Paulo es, probablemente, la parada más prescindible de las que vamos a hablar. La incluimos porque es habitual que los vuelos lleguen aquí y si es el caso, merece una parada en vez de hacer simplemente la escala.

Al ser la ciudad más poblada de Brasil y Sudamérica, hay muchísimas cosas qué ver y hacer aquí. Se trata de la mejor ciudad del país para ir de museos, especialmente al MASP, su museo de arte.

También para ir de fiesta, hacer compras, conciertos o, simplemente, para conocer más a fondo como viven los brasileños en su día a día.

Río de Janeiro e Ilha Grande

Playa de Ilha Grande

Ya hemos hablado más de una sobre sobre qué ver en un viaje a Río de Janeiro. Recapitulemos: entre sus playas hay que mencionar Ipanema y Copacabana. No solo por la calidad de las mismas, sino por su ambiente. Son lugares que forman parte de la vida de la ciudad.

El centro histórico y la parte más trendy la encontramos en el Barrio de Santa Teresa. Río es una ciudad en constante ebullición cultural y aquí podremos comprobarlo. Por supuesto, no podemos olvidarnos de una de las nuevas maravillas del mundo: el Cristo Redentor. Subir al Pan de Azúcar para tener las mejores vistas también es imprescindible.

Si queremos naturaleza en la ciudad, tampoco nos olvidemos de la laguna Rodrigo de Freitas. Una cosa muy interesante de Río es que tiene parques nacionales en la misma ciudad. Y, si nos atrevemos, visitar las chavelas (siempre con guía y en las seguras) es otra oportunidad de ver la otra cara de la ciudad.

No muy lejos de Río de Janeiro, dirección sur, podemos tomar un ferry que nos lleve hasta Ilha Grande. Se trata de una paradisiaca isla llena de playas y selva tropical en la que descansar tras el desenfreno que supone Río. Una forma de vivir el paraíso a un paso de la gran ciudad.

Paraty

Calle de Paraty

Otro lugar maravilloso que ver en Brasil es Paraty. Esta ciudad, también Patrimonio de la Humanidad, fue una de las primeras en ser construidas por los portugueses. Junto al mar, al no haber alcantarillado, idearon una maravilla. Las casas están ligeramente en altura y cuando los días de luna llena sube la marea, el mar entra en la ciudad y limpia completamente las calles.

Más allá de este fenómeno, Paraty merece la pena por su arquitectura colonial. De la primera época, es decir del siglo XVI, muestra como fue Brasil en sus primeros momentos. Junto a la ciudad hay además un número importante de playas increíbles.

Iguazú y San Miguel de las Misiones

Cascadas del Iguazú

Las cataratas del Iguazú se pueden visitar tanto por la parte argentina como la brasileña. Si vamos a Brasil es otro de los lugares que realmente merece la pena ver. Siempre hay muchos turistas, pero la espectacularidad del salto de agua y el Parque Nacional que lo rodea merece la pena.

Si queremos añadirle algo de cultura, podemos pasar por San Miguel de las Misiones. Otro lugar con restos arqueológicos de la llegada de las misiones evangelizadoras españolas. Patrimonio de la Humanidad, muestra como eran los poblados jesuíticos que buscaban llevar el cristianismo a las tribus autóctonas durante los primeros años de la invasión de América.

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