
Empezando por Río de Janeiro, hacer una ruta por el norte de Brasil es una manera ideal para disfrutar de los lugares más espectaculares del gigante sudamericano. Y, si nos sobra tiempo, siempre podemos añadir una extensión para ver Paraty o las Cataratas del Iguazú.
El norte de Brasil tiene los lugares más espectaculares del país. También algunas de las ciudades Patrimonio de la Humanidad más interesantes del mundo.
Y si hablamos de naturaleza tampoco nos quedamos atrás, con lugares como la Amazonía, el pulmón del planeta o el Parque Nacional Lençois Maranhenses y sus piscinas en mitad del desierto.
Añádele algunos de los mejores platos para comer en Brasil y el resultado es insuperable.
Pero empecemos con nuestra propuesta de itinerario por el norte de Brasil.
Itinerario de la ruta por el norte de Brasil
Vuelo – Río de Janeiro: Día 1
Río de Janeiro: Días 2 y 3
Río de Janeiro – Manaos: Día 4
Manaos – Amazonas: Día 5
Expedición Amazónica: Día 6 y 7
Manaos – São Luis de Maranhao: Día 8
São Luis de Maranhao – Parque Nacional Lençóis Maranhenses: Día 9
Barreirinhas: Día 10
São Luis de Maranhao – Salvador: Día 11
Salvador: Día 12
Salvador – Vuelo: Día 13
¿Qué ver en la ruta por el norte de Brasil?
A continuación, desarrollamos las diferentes paradas de esta ruta por el norte de Brasil. Desde Río de Janeiro, a cuyo aeropuerto llegaremos, hasta Salvador de Bahía desde cuyo aeropuerto volaremos de vuelta a Europa.
Se trata de una ruta que combina un poco de todo. Naturaleza, selva, actividades de aventura, playas, ciudades y algunos de los monumentos de Brasil más impresionantes.
Río de Janeiro
Entre lo que ver en un viaje a Río de Janeiro tenemos que mencionar algunas de las más famosas playas de Brasil. Copacabana o Ipanema son verdaderos iconos a nivel mundial. No puedes ir a Brasil sin pasar por su arena.
Río de Janeiro cuenta, además, con el Cristo del Corcovado, una de las nuevas maravillas del mundo. Unido a sus paisajes, barrios coloniales como Santa Teresa, las favelas que ahora se pueden visitar o el Lago Rodrigo de Freitas, entre otros atractivos, lo convierten en una parada fundamental.
De hecho, este viaje se podría hacer directamente desde Manaos o Salvador, pero la parada en Río de Janeiro aporta bastante al viaje, aunque no se encuentre exactamente en el norte de Brasil.
Si podemos incluirla, seguro que no nos arrepentimos en ningún momento.
Manaos y el Amazonas
Si en Río de Janeiro contamos con una de las 7 maravillas culturales del mundo, en Manaos podemos visitar una de las 7 maravillas naturales del mundo: la Amazonía.
Manaos es la capital de la Amazonía brasileña y es, en si misma, una ciudad interesantísima. Con casi dos millones de habitantes, se trata de una gran ciudad que no se puede visitar por carretera. La única forma de llegar es en avión o, en todo caso, desde el mar atravesando kilómetros y kilómetros del río Amazonas.
Más allá de la ciudad, que tiene una arquitectura muy interesante, es increíble ver el encuentro de las aguas. En la zona oeste de Manaos, se trata del momento en el que el río Negro y el río Solimões se unen, teniendo cada uno durante varios kilómetros un color diferente del agua.
No mucha gente sabe que el río Solimões es realmente el río Amazonas, que tiene esta denominación desde la triple frontera colombiana-brasileña-peruana hasta su llegada a Manaos. Tras Manaos vuelve a denominarse Amazonas.
Además del encuentro de las aguas, esta parte de nuestra ruta por el norte de Brasil incluye una expedición a la selva. Se puede ir desde un lodge en mitad de la Amazonía o hacerlo en un crucero por el Amazonas, según la opción que prefiramos.
Ver el pulmón del Planeta en funcionamiento y disfrutar entre sus diferentes especies animales y vegetales realmente merece la pena.
São Luis de Maranhao y las Barreirinhas
De Manaos pasamos a São Luis de Maranhao, una ciudad colonial declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Principalmente famosa por ser la puerta de entrada al Parque Nacional Lençóis Maranhenses, visitar la ciudad merece realmente la pena.
La Fuente de las Piedras, sus iglesias como la Iglesia Matriz da Sé y, en general, todo su casco histórico, requiere de un paseo sosegado, descubriendo cada rincón. Si tenemos tiempo, también merece la pena descubrir sus fiestas populares, únicas en el mundo, y sus centros de artesanía.
Cerca de la ciudad se encuentra la zona de Barreirinhas donde podemos disfrutar de diferentes actividades en la naturaleza. Es muy interesante hacer el paseo por lancha por el río Preguiças, así como por el Área de Protección Ambiental del mismo nombre.
Para algo de cultura tampoco nos podemos olvidar los cercanos pueblos de Mandacaru y Caburé, una forma de conocer el Brasil más rural en mitad de la naturaleza.
Parque Nacional Lençóis Maranhenses
Uno de los puntos fuertes cuándo preguntas dónde ir de vacaciones en Brasil es el Parque Nacional Lençóis Maranhenses.
Este Parque está formado por un amplio desierto de dunas con lagunas de agua azul entre las mismas. Aunque parezca un desierto, está a medio camino entre una playa y desierto, ya que está en la costa, con 70 kilómetros de extensión en la misma, pero también se alarga varios kilómetros hacia el interior.
Además, su nivel de lluvias hace que tampoco pueda tener la consideración de desierto oficialmente, aunque lo parezca.
Para ver el Lençois Maranhenses en su máxima expresión es interesante consultar el clima en Brasil. La razón es que es en la época de lluvias cuando está más bonita y el momento en el que se forman casi todas sus lagunas.
Su temporada alta es entre mayo y julio, mientras que de diciembre a febrero suelen estar secas. Curiosamente, pese a no ser lagunas que se mantengan durante todo el año, suelen tener peces en su interior.
Además, el baño está permitido. Lo que no está permitido son los vehículos a motor, por lo que deberemos ir a pie o en bicicleta visitando las diferentes dunas y lagunas. Afortunadamente, con una extensión tan grande, podremos verlas prácticamente en solitario.
Salvador de Bahía
Salvador de Bahía es uno de los destinos más monumentales y también un lugar ideal para conocer el Carnaval de Brasil junto a Río de Janeiro y Olinda.
La ciudad es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y también el centro de la cultura afrobrasileira del país. Una visita por las calles del Pelourinho, el casco histórico colonial mejor conservado de América Latina, hará las delicias de cualquier visitante, especialmente si se deja imbuir de esa gran alegría que caracteriza a la ciudad.
Casi tan famosa y visitada como Río de Janeiro, Salvador destaca por su arquitectura, por su gente y también por su gastronomía, una de las más particulares y deliciosas del país. Muchos de los platos que se han convertido en especialidades brasileñas tienen su origen en los puestos callejeros de Salvador.
En sus cercanías se ubica la Praia da Forte, un verdadero paraíso natural perfecto para los que quieran combinar el viaje con unos días de descanso en una playa de arena blanca, aguas cristalinas y gran biodiversidad.
Tras la visita a Salvador llega el momento de decir adiós a esta ruta por el norte de Brasil. Una ruta que lleva por maravillas del mundo moderno, tanto naturales como culturales, selvas, desiertos, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fusión cultural y arquitectónica entre continentes y, sobre todo, junto a uno de los pueblos más amables y acogedores del mundo.
Otras opciones
Por supuesto, está no es la única opción de circuito en Brasil por el norte del país. Hay otros dos circuitos bastante comunes y que, aunque son menos completos, también son perfectos si contamos con menos días de viaje.
El primero ya lo hemos hablado anteriormente y es el que lleva a Salvador de Bahía y Praia da Forte.
El segundo es el que va a Recife con Olinda y termina en el archipiélago de Fernando de Noronha, considerado las mejores islas de Brasil y todo un paraíso terrenal.
Recife es una de las ciudades más importantes de Brasil, con un millón y medio de habitantes. En la ciudad destacan sus tres islas principales (Recife, Santo Antonio y la Plaza de la República) así como su gran playa urbana, el Alto de la Se y la Plaza de la República.
También es el lugar donde nació la cachaça, la bebida alcohólica nacional de Brasil.
A solo 7 kilómetros se sitúa Olinda, una bella ciudad colonial más pequeña (tiene casi 400.000 habitantes) Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su casco histórico, tan impresionante como el de Salvador.
Además, 70 kilómetros al sur destaca Porto Galinhas, un pequeño pueblo de pescadores convertido en una de las principales zonas vacacionales de Brasil.
Aún más especial es Fernando de Noronha. Este paraíso terrenal tiene restringida la entrada a unos pocos viajeros cada vez, siendo el mayor ejemplo de destino ecosostenible de Brasil. Con playas maravillosas y una naturaleza exuberante, tendrás la sensación de estar en el Edén.
Consulta con nosotros si quieres disfrutar de esta ruta por el norte de Brasil o hacer algún otro viaje. ¡Te encantará!